Mejora tu caminata al altar con flores por todo el lugar

Sabemos que una iglesia repleta de flores colocadas solo para tu boda es el sueño de muchas novias, pero la decoración de un templo es un tanto más complicada de lo que una se imagina. No solo es rentar el espacio y decorarlo con todo lo que una quiere, no señor, como todo recinto tiene ciertas reglas y normas que deben ser acatadas. Para que no te lleves una sorpresa desagradable al momento de apartar la fecha de tu ceremonia, te decimos todo lo que debes considerar.

Actualmente, muchas iglesias prohíben que se decore el recinto. Antes de que empieces tu búsqueda de decorador, consulta en la iglesia donde será tu ceremonia si están permitidas las decoraciones. Una vez que tengas la respuesta de los altos mandos, estarás lista para buscar al mejor proveedor, o a resignarte a que iglesia no tendrá flores en cada rincón. No te desanimes si no se puede decorar, mejor invierte eso que ibas a gastar en el templo a tu salón y así no te sentirás mal, además que puedes reconfortarte con la sonrisa de tu amado.

Hace tiempo, las novias que iban a realizar su ceremonia el mismo día, se ponían de acuerdo y entre todas pagaban la decoración, así una sola decoración servía para ambientar todas las ceremonias del día. En teoría suena como una buena idea, el problema nacía cuando una de las novias no quería pagar su parte. Para las demás, no era justo que alguien que no puso ni un peso disfrutara de las flores, por eso, antes de la boda de la novia que no aportó, se quitaba la decoración. Si era la última boda o la primera, no había tanto problema, pero si era de las de en medio, al terminar se volvían a colocar las decoraciones.

Ya te imaginarás como terminaban las flores después de que las personas las quitaran y las volvieran a poner: lastimadas, con pétalos tirados en el suelo y ramas rotas. Por eso, algunas iglesias optaron por negar la decoración, o en su defecto, advertirle a la novia que tendrá que decorar desde un día antes y dejar el templo así durante todo el fin de semana. No importa cuántas bodas, u otras ceremonias, haya después que la tuya, todas gozarán de la decoración que tan amablemente donaste a la iglesia por un fin de semana.

Si ya tienes autorización de los altos mandos para decorar la iglesia, asegúrate de revisar muy bien el recinto: la cantidad de bancas, el tamaño de las paredes, el altar, y todos los otros lugares que quieras adornar. Si quieres decorar la entrada o los pasillos, asegúrate de que sean lo suficientemente anchos. Si no lo haces, el día de la boda tirarás todos los adornos con tu vestido, y cuando llegues al altar la decoración brillará por su ausencia.

Por nada del mundo retires la decoración de la iglesia para usarla en tu recepción. Es de muy mal gusto pedirles a las personas que retiren las flores del recinto para llevarlas a que decoren el salón. No solo dejarás un desastre en la iglesia, también dañarás las flores en el proceso. Al desmontar, transportar y montar lo más rápido posible, las flores se maltratan y cuando llegan al salón, ya no se ven bien. Si vas a decorar la iglesia, siempre ten en cuenta que todos los elementos se quedan ahí, así evitas desastres y las flores pueden seguir tan hermosas como cuando las pusiste.

Es importante recordar que el templo es la casa de Dios y de todos, no es un lugar a expensas de los caprichos de la novia, no importa cuánto te haya costado apartar la fecha. Ante todo, se deben respetar las normas que tenga el recinto, de lo contrario, te pueden cancelar la misa. No importa que ya tengas todo listo, si no respetas las reglas de la iglesia, los altos mandos pueden revocarte el permiso y pedirte amablemente que busques otro lado para casarte. Infórmate bien sobre lo que se puede y no se puede hacer en la iglesia de tu elección, síguelo al pie de la letra y no te arriesgues a quedarte vestida y alborotada porque te atreviste a contradecir lo que te dijeron los sacerdotes.

Recuerda, estas mostrándole a Dios tu unión con el hombre que amas.