Evita que tu boda sea el centro de todo lo que dices

Casarte siempre es la buena nueva. Es tanta la emoción y las ganas de presumirle al mundo nuestro anillo que muchas veces se vuelve el centro de nuestra vida olvidándonos de lo que hacíamos antes. Eso incluye las labores, responsabilidades y demás.

Hablamos tanto del evento que marcará nuestra vida que un día, se vuelve tedioso para la gente que nos rodea y en algunos casos, lamentablemente para nuestra pareja también. Claro que un evento de ese calibre merece el tiempo necesario y lo mejor de ambas personas para que sea una boda inolvidable, sin embargo, hay tiempo para todo.

Hay tiempo para todo lo que tenga que ver con el tema de la boda: las compras, los anillos, invitados, etcétera. Lo importante es saber cómo manejarlo sin que la emoción de casarte opaque toda tu vida (y la de los demás).

Te recomendamos que al empezar con los planes de la boda se elija un día a la semana para hablar sobre todo eso, máximo dos días. Lo ideal es que hables con tu pareja y entre ambos acuerden que tales días (miércoles y viernes, sábados y lunes, etcétera) de tal hora a tal hora se hablará exclusivamente de la boda. Es un paso importante en sus vidas, pero no es el centro de las mismas.

Se tocarán temas respecto a las invitaciones, invitados, salones, promociones, fotografía, todo aquello que conlleva el crear una boda y es necesario hacer mucho hincapié en que será responsabilidad de ambos, pues el evento es de los dos.

Luego de haber fijado una fecha y un horario para hablar de todo este tema, el resto de la semana no se hablará de boda. Si ven promociones u organizadores, todo aquello que vayan viendo, lo guardan solo para los días que se hable de la boda. De esta manera, la vida de ambos encontrara un equilibrio en el cual seguirán con su vida normal sin sentir que el evento es un tema de mucho estrés, sino todo lo contrario. El proceso es parte de la boda, y hay que disfrutarlo.